Exfoliar la piel: cómo hacerlo y cuáles son los beneficios

Exfoliar la piel: cómo hacerlo y cuáles son los beneficios

La exfoliación es la clave para que la piel brille con luz propia ¡especialmente en la transición del verano al otoño! ¿Quieres saber cómo hacerlo sin dañar tu tez? ¿Todavía no sabes cuáles son todos sus beneficios? Pues sigue leyendo.

Es hora de deshacerse de toda las células muertas acumulada, la grasa, la contaminación y cualquier partícula indeseable que esté sobre tu cutis. ¡Por eso la exfoliación siempre ha sido mi paso favorito para el cuidado de la piel!

Ya sea que use un exfoliante físico que masajee mi cutis para eliminar manualmente los desechos de la superficie, o un exfoliante químico que disuelva por arte de magia la suciedad, siempre me deleito con el momento.

Siento que mi piel está fresca y liberada, casi como si estuviera devolviendo a mi cutis a su estado natural. Pero mientras que la exfoliación es definitivamente esencial como parte de un ritual de cuidado de la piel saludable, hacerlo de forma incorrecta puede hacer más daño que bien.

Es muy fácil exagerar exfoliando demasiado a menudo o usando el método equivocado para tu tipo de cutis. Por eso, vamos a aprender a exfoliar adecuadamente tu piel de la cabeza a los pies con esta guía.

Cómo exfoliar la piel correctamente

Exfoliar es el proceso de eliminar las células muertas de la capa externa de la piel mediante un producto exfoliante, que puede ser mecánico, químico o enzimático.

El exfoliante mecánico puede ser de 2 tipos:

  • Una herramienta para el cuidado de la tez, como una esponja, guante o cepillo.
  • Un cosmético con gránulos como microesferas o azúcar para suavizar y refinar.

Con la exfoliación química se utilizan alfahidroxiácidos (AHA) o betahidroxiácidos (BHA) del tipo ácido láctico, glicólico, etc.

Y el método enzimático es mediante enzimas que aflojan la sustancia parecida al pegamento que mantiene unidas a las células de piel muertas para que se desprendan.

El tipo que utilices dependerá de tus gustos y tu tipo de cutis. Las sensibles y reactivas funcionan mejor con ácidos y enzimas que producen menos irritación. Las demás reaccionan bien a los 3 tipos.

El rostro, cuello y escote

Si utilizas el tipo mecánico, empieza la rutina limpiándote la cara con tu limpiador habitual. Luego coge una pequeña cantidad (del tamaño de una moneda de 5 céntimos) de producto y aplícalo en la cara con movimientos circulares, evitando el área de los ojos.

Masajea suavemente el producto sobre la tez durante el tiempo que su producto específico recomiende, normalmente de 30 segundos a un minuto completo.

Luego, aclara con agua tibia y da palmaditas suaves en la piel con una toalla limpia. Puedes continuar con tu rutina habitual (suero + crema) o ponerte una mascarilla.

Cuando utilices un exfoliante químico o enzimático, lava tu cara con tu limpiador habitual. Si el producto viene en un paño o almohadilla pre-humedecida, aplícalo en toda la cara, cuello, escote e incluso en la parte superior de las manos.

Deja pasar unos minutos para que el producto se absorba completamente en la dermis antes de pasar al siguiente paso de tu régimen, que puede ser un suero o una crema de tratamiento.

Haz lo mismo con los cosméticos en forma de geles o serums.

Algunos tipos de exfoliantes químicos, a menudo llamados peelings, se utilizan de manera similar a la aplicación de una mascarilla y deben ser aclarados después de unos minutos.

Y también hay otras versiones en forma de polvo que tendrás que humedecer ligeramente para formar una espuma antes de ponértelo. Estos hay que trabajarlos un poco más, masajeando suavemente la espuma por toda la superficie (contorno de ojos y labios incluidos) y dejándolos actuar uno o dos minutos antes de aclararlos.

Si tienes cualquier duda, revisa siempre el envase del cosmético para asegurarte de que lo estás utilizando correctamente.

Recuerda que la exfoliación del rostro solo debe realizarse entre una y tres veces por semana, ya que exfoliar con demasiada frecuencia o con demasiada fuerza puede provocar microdesgarros en la superficie de la epidermis y desgarrar la capa protectora de la misma.

Las personas con rosácea, sensibilidad o tez seca lo deben hacer una vez a la semana. La piel normal, mixta o grasa puede soportar hasta tres veces por semana.

Aunque lo mejor es que escuches a tu tez, si empieza a enrojecerse o a escocer después de la exfoliación, es posible que necesites reducir su frecuencia.

El cuerpo

Exfoliar el cuerpo es un poco diferente a la práctica anterior, pues la epidermis de tu cuerpo es diferente. En primer lugar, la piel es más gruesa. Y también es más seca que la de la cara porque hay menos glándulas sebáceas, por eso en el cuerpo hay más zonas secas.

Pero tienes tantas opciones diferentes para exfoliar tu cuerpo como tu cara (productos mecánicos y químicos) que pueden hacer bien el trabajo.

Opta, eso sí, por ingredientes suaves que puedan eliminar la piel muerta manteniendo el delicado equilibrio de humedad de la dermis. Esto significa que la epidermis nunca correrá el riesgo de sufrir desgarros microscópicos (causados por los exfoliantes convencionales) que puedan dañar la barrera lipídica.

Después de la ducha, coge una generosa cantidad de producto y repártela con un suave masaje circular ascendente. Empieza por los tobillos y ve subiendo hasta los hombros, pero sin frotar demasiado.

Para cuando hayas acabado, ya podrás empezar a aclarar la parte de abajo.

En realidad, este proceso no tienes que hacerlo tan a menudo como en el rostro. Lo ideal sería que lo hicieras una vez cada 10 días si tienes la tez sensible, o una vez a la semana para el resto.

Los pies

La parte inferior de los pies tiende a albergar las zonas de piel más ásperos del cuerpo, por lo que requieren un poco más de cuidado.

Si te has hecho la pedicura antes, sabes que la exfoliación mecánica (frotar, limpiar con piedras y limas) puede ser una forma efectiva de suavizar los talones.

Tus pies también pueden beneficiarse de la exfoliación química con los calcetines exfoliantes. Todo lo que tienes que hacer es remojar tus pies durante una hora, mientras éstos absorben los ácidos.

Beneficios de la exfoliación

La mejor forma de motivarse para implementar cualquier hábito es ver todos los beneficios que tiene que ofrecer. Así que, sin más preámbulos, aquí están los principales beneficios que puedes experimentar si decides empezar a añadir la exfoliación a tu régimen de cuidado de la tez.

Aumenta el flujo sanguíneo y el drenaje linfático

La exfoliación ayuda a estimular el flujo sanguíneo, acercándolo a la superficie de la piel para conseguir en un instante un bonito rubor rosado.

Sin embargo, no es sólo un beneficio temporal. La mejora del flujo sanguíneo significa una mayor producción de colágeno, ¡lo que es una buena noticia para la tez flácida que muestra los signos naturales del envejecimiento!

También favorece el drenaje linfático para conseguir una mayor limpieza interna y estimular la sangre rica en oxígeno para alimentar y nutrir la superficie de la piel.

La primera es una forma de desintoxicación del cutis, trabajando para eliminar las toxinas y otros desechos no saludables.

La segunda potencia la salud celular para revelar una dermis brillante y radiante (por eso los tratamientos faciales con oxígeno están tan extendidos en los balnearios y en los consultorios de estética y dermatología de todo el mundo).

Mejora la absorción de tus productos de cuidado de la piel

No tiene sentido aplicar tus lujosas cremas y serums sobre una tez que necesita desesperadamente una exfoliación.

El producto sólo se aferrará a las viejas células cutáneas y simplemente se asentará en la superficie de la piel, en lugar de absorberse por los poros hasta la dermis. La piel muerta básicamente se convierte en una barrera entre tu dermis y los productos.

La exfoliación se deshará de estas células muertas para que tus poros estén abiertos y listos para recibir los nutrientes que les das.

Y cuando algo que es rico en ingredientes nutritivos penetra más profundamente, es capaz de trabajar más eficazmente, por lo que la exfoliación debe incluirse siempre en la rutina del cuidado de la tez.

Destapa los poros

Hablando de poros abiertos, como la exfoliación elimina la suciedad y los residuos de los poros, no solo disfrutarás de una mayor absorción de tus productos de cuidado de la piel, sino que también previene eficazmente la formación de puntos blancos y espinillas.

Estos son dos problemas del cutis que son bastante difíciles de eliminar, por eso es tan importante la exfoliación, para prevenir su aparición.

Previene el acné

Hay múltiples razones por las que se forma el acné: exceso de sebo, genética, desequilibrio hormonal o bacterias causantes del acné.

Sin embargo, una cosa es segura y es el hecho de que el acné no es fácil de eliminar o tratar. No sólo deja consecuencias físicas que se pueden ver en el cutis, sino que también puede causar daños psicológicos.

Desobstruir los poros no sólo previene los puntos blancos y negros, sino que también previene otras imperfecciones como el acné.

Eso sí, hay que hacerlo de forma segura sin llegar a irritar o dañar el cutis por el frotamiento. Ten en cuenta que nunca debes usar exfoliantes mecánicos fuertes en brotes recién formados.

Frotarlos de manera brusca sólo los agravará aún más, resecará e irritará tu tez, causando un retraso en el proceso de curación ¡y esto es lo último que quieres si tienes una tez propensa al acné!

Sea cual sea el método que elijas, no olvides hidratar después de terminar. Después de todo, acabas de pasar por un proceso que es bastante duro para la epidermis, ¡así que hidratarla es una necesidad!

Iguala el tono

Un problema que va de la mano del acné es la hiperpigmentación.

Si utilizas tratamientos severos que no son compatibles con tu tipo de tez, o si aprietas los granos que sabes que no debes, o incluso si no utilizas la protección solar adecuada, puede producirse un trastorno cutáneo conocido como hiperpigmentación.

Al exfoliar, te deshaces de la piel muerta que contiene estas células dañadas y estás revelando de forma lenta pero segura la piel sana y brillante de debajo. De esta manera, la pigmentación disminuye, y te quedas con la tez que tenías antes de sufrir cualquier tipo de problema.

Suaviza la textura del cutis

¿Cansado de un cutis con una textura desigual que tiende a tener siempre una o dos zonas secas? Y ni siquiera pienses en maquillarte, ¡siempre queda cuarteado y no se asienta bien!

Si esto te suena, entonces, ¿a qué estás esperando? ¡Exfóliate!

La exfoliación ayuda a suavizar la piel e iguala el tono y la textura irregulares para conseguir una piel suave como la de un bebé.

Aumenta la renovación de las células

La exfoliación también puede ayudar a aumentar el brillo general del cutis. Al ayudar a la renovación celular, mantiene las células frescas y sanas en la superficie, eliminando las muertas, secas o moribundas.

En términos visibles, esta renovación resulta en esa tez ultra jugosa y con un brillo natural y juvenil que todas deseamos.

Estimula la síntesis de colágeno

La exfoliación regular también ayuda a estimular la síntesis de colágeno para mejorar la textura de la piel, la integridad, y mantener el rostro con un aspecto relleno, terso y joven.

Esto significa que puede ofrecer una gran cantidad de beneficios antienvejecimiento, ayudando efectivamente a disminuir la aparición de líneas finas y arrugas.

Previene el vello encarnado

Si te afeitas o depilas regularmente, serás propenso a tener pelos encarnados que definitivamente no son fáciles de tratar. A veces, pueden ser incluso dolorosos y causar ciertas complicaciones.

Para evitar todo esto, exfolia todo tu cuerpo de forma regular. Tendemos a prestar más atención al cutis de nuestra cara porque es algo que la gente siempre puede ver, pero tampoco debemos descuidar nuestro cuerpo.

Exfoliar puede ayudar a prevenir los pelos encarnados e incluso facilitar la experiencia del afeitado. Sólo asegúrate de exfoliarte antes de afeitarte y tendrás una piel suave como la seda en poco tiempo.

Facilita el autobronceado

Si eres una fanática del auto-bronceado, te encantará este paso. Como ya sabrás, el autobronceador necesita una base suave y exfoliante para verse bien.

Por eso, la exfoliación previa será de gran ayuda para que tu bronceado quede bien. ¡Y dile adiós a las rayas y a las marcas!

Y no sólo mejorará la apariencia real de tu bronceado, sino que también lo hará más duradero. ¿Qué más se puede pedir?

Deja la tez luminosa

Por último, pero definitivamente no menos importante, la exfoliación regular promueve un hermoso y radiante resplandor que te dejará sintiéndote tan confiada y orgullosa de tu hermosa piel, ¡como debe ser!

Los peligros de la sobreexfoliación

Ahora que hemos discutido todos los beneficios que tiene la exfoliación, es importante mencionar también sus inconvenientes.

La sobreexfoliación puede eliminar todos los aceites naturales de la piel y hacer que se reseque, se irrite e incluso cause enrojecimiento.

Si tienes acné, puede agravarlo y prolongar el tiempo de recuperación.

Si notas algún efecto secundario negativo de la práctica en sí o de cualquiera de los productos que estés usando, deja de usarlos inmediatamente y ponte en contacto con tu dermatólogo para que te aconseje cómo proceder con el tratamiento.

¡Exfoliar puede hacer maravillas en nuestra piel si lo hacemos bien!

Sus beneficios van desde ayudar a que otros productos se absorban mejor, hasta ayudar al proceso de renovación celular y mejorar la síntesis de colágeno, todo lo cual resulta en una piel más joven y de aspecto más saludable.

Si estos beneficios son los que buscas, ¡a qué esperas para probar la exfoliación!

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