Cómo hacer jabón casero

Cómo hacer jabón casero

Hacer jabón casero por primera vez es un proceso que puede intimidar, pero una vez que lo pruebas y sigues todas las instrucciones, no resulta nada difícil.

La fabricación de jabón es esencialmente la reacción química entre los aceites, que son ácidos, y la lejía, que es una base. Cuando se combinan, ocurre un proceso llamado saponificación, que es cuando se crea el jabón.

Esto no solo permite que el líquido y los aceites se mezclen (no lo hacen de forma natural, y sino prueba a mezclar agua y cualquier grasa), sino que también permite que el jabón tenga sus propiedades de limpieza. Juntos formarán un material completamente nuevo que será suave y casi neutro en PH.

En otras palabras, sin la sosa, solo tienes una mezcla de agua y aceites flotando. La parte importante es asegurarse de que utilizas la cantidad correcta de sosa y agua para el jabón en particular que vas a fabricar, ya que las diferentes grasas requieren diferentes proporciones de lejía.

Aunque la sosa puede ser peligrosa por sí misma, no queda restos de ella en el producto final si se fabrica y se deja curar correctamente.

Proceso en caliente vs. proceso en frío

El jabón se puede crear de dos formas: mediante el proceso en caliente, o mediante el proceso en frío.

Como su nombre indica, la diferencia entre estos tipos de procesamiento es el uso (o no) de calor. Con ambos métodos se utiliza una mezcla de lejía y aceites. Los dos se mezclan en el proceso de saponificación.

Con el proceso en frío, la lejía se mezcla con los aceites, y la mezcla resultante se vierte en moldes aislados que deben de curar durante 4-6 semanas.

El proceso en caliente agrega un paso adicional de "cocción" de la mezcla que acelera el proceso de saponificación y hace que el jabón esté listo para usar en días, en lugar de semanas.

Ambos métodos funcionan, pero el método de proceso en caliente es mucho más rápido. Generalmente, se utiliza el proceso en frío para elaborarlo, y es el que vamos a utilizar para hacer el nuestro.

Cómo hacer tu propio jabón casero

Antes de comenzar, es importante tener una receta probada (te dejo una fácil más abajo), con las cantidades exactas de los ingredientes necesarios, así como todo el equipo necesario para realizar el jabón.

El equipo de trabajo

Una vez que sepas la cantidad que tienes que añadir de cada ingrediente, tendrás que hacerte con el equipo necesario.

No necesitas gastar mucho dinero para comenzar a fabricar jabón, pero debes tener lo esencial para poder elaborarlo de manera correcta. Hacer jabón, no importa cuán natural sea, es química, y debes tomártelo en serio.

Necesitarás:

  • Una balanza digital para pesar los ingredientes de forma precisa
  • Un termómetro. Ser capaz de medir con precisión la temperatura de los ingredientes es muy importante. Cuando los mezcles juntos, deberían estar aproximadamente a la misma temperatura
  • 2 jarras de plástico para medir
  • Cuencos de vidrio, uno para pesar la sosa, y otro para pesar el aceite esencial
  • Una batidora para emulsionar
  • Una cuchara de metal, para remover la lejía
  • Una cuchara de madera
  • Una espátula de silicona
  • Moldes. Mis favoritos son los de silicona, ya que son fáciles desmoldar y no requieren preparación. El molde tradicional es una caja de madera forrada con papel de cera
  • Guantes y gafas de protección, parra manipular la sosa.
  • Un colador para colar la lejía
  • Una botella grande de vinagre para neutralizar la mezcla de lejía si se derrama sobre cualquier cosa

Asegúrate de que estas herramientas solo las utilizas para hacer jabón, que no entren en contacto con los alimentos.

Las grasas

Puedes hacerlo con casi cualquier grasa saponificable. Puede ser de un solo aceite (por ejemplo, de oliva) o de una mezcla de varios.

Se pueden diferenciar entre duros y blandos. Los duros son los que se encuentran en estado sólido a temperatura ambiente, y los blandos son los que están en estado líquido. Deben estar en estado líquido al trabajar con ellos.

Cada grasa que uses, se combinará con la lejía para crear un producto característico de ese producto. Algunos se seleccionan para proporcionar dureza a la barra, mientras que otros proporcionan espuma, acondicionamiento o limpieza.

Los más utilizados son:

  • Coco: Ayuda a endurecer la pieza, y aumenta la espuma y el poder limpiador.
  • Oliva: Es muy acondicionador y excelente para todo tipo de pieles.
  • Manteca de karité: Una grasa muy interesante, ya que tiene más dificultades para convertirse en jabón que otras grasas y, a menudo, permanecerá como mantequilla hidratante en lugar de solidificar. Hay que usarlo en porcentajes bajos, y añadirlo en la traza.
  • Girasol: Produce un producto muy acondicionante, pero con poca limpieza y persistencia.
  • De palma: Es un gran ingrediente para la fabricación de jabón, pero es el más controvertido, debido a la devastadora deforestación producida para su fabricación. Utiliza uno que haya sido certificado como sostenible.
  • De soja: Ayuda a crear una pieza muy acondicionadora con una espuma estable.
  • Manteca de Mango: Además de un olor delicioso, añade dureza y persistencia.
  • Cera de abejas: Esta cera agrega dureza y un aroma maravilloso. Utiliza solo una pequeña cantidad de cera de abeja en tus fórmulas, ya que aporta poca limpieza en grandes cantidades.
  • Manteca de cacao: Proporciona una magnífica hidratación y también ayuda a endurecerlo. Hay que usarlo en porcentajes bajos, y añadirlo en la traza.
  • De almendras dulces: Se utiliza por su sensación de ligereza y su capacidad para hidratar y acondicionar la piel. Hay que utilizarlo en porcentajes bajos, y añadirlo en la traza.

Para poder mezclar los aceites con la lejía, hay que derretir las grasas sólidas hasta que estén líquidas. Esto se puede hacer en el microondas (en un recipiente apto para microondas) o al fuego. Después se deben mezclar todos en un recipiente, y removerlos para que no se solidifiquen.

Si hay algún ingrediente delicado, hay que separarlo del resto y no incorporarlo hasta el final.

La lejía

La lejía es la mezcla de sosa y agua. Es muy importante que la sosa sea lo más pura posible, mayor de un 99%. El agua se recomienda que sea destilada para que no se corte.

Pesa en un recipiente la sosa, y en otro el agua; y añade siempre la sosa en el agua, y no al revés, para evitar salpicaduras. Remueve esta mezcla con cuidado para que no salpique.

Esta mezcla produce una reacción que calienta el agua, por eso es recomendable enfriar (o incluso congelar en cubitos) el agua, para que no llegue a hervir y no salpique y cause quemaduras.

Al final, la lejía debe tener un color blanquecino, que hay que dejar en reposo hasta que se vuelva completamente transparente.

Para asegurarte de que toda la sosa se ha disuelto, puedes colar la mezcla por un colador.

¿Cuánta cantidad es necesaria?

Para saber la proporción de lejía que debes usar, tienes disponible una calculadora de jabón (como esta) que te ayudará a saber qué cantidad de cada ingrediente necesitarás.

Su utilización es muy sencilla, solo tienes que ir agregando los ingredientes que quieras utilizar, y automáticamente se pondrán las cantidades necesarias de agua y sosa.

Dependiendo de los aceites y las cantidades que utilices, el resultado final tendrá unas características u otras: dureza, burbujas, acondicionado, limpieza, persistencia, secado o solubilidad. Tendrás que ajustar las cantidades para equilibrar esas características (lo ideal es que estén en torno al 50).

¿A qué temperatura deben estar los ingredientes?

La temperatura a la que se mezclen afectará la forma en que sale la pieza en color y textura.Cuanto más calientes estén las mezclas, más intenso será el color, y más gelificado quedará.

Personalmente recomiendo hacerlo cuando ninguna de estas dos mezclas están a más de 40ºC. Sino puedes arriesgarte a una serie de problemas, como el agrietamiento y la decoloración.

Siempre que la temperatura general, una vez mezclada la solución de lejía y los aceites, esté por encima del punto de fusión más bajo de sus aceites, entonces estará bien.

Si la solución de lejía está a una temperatura que enfría las grasas, entonces podría ocurrir una falsa traza, que creas que se ha saponificado, cuando no es así, simplemente se ha endurecido por la baja temperatura.

Una vez que los aceites duros se hayan derretido por completo, agrega los líquidos, revuelve bien, y verifica la temperatura. Compara esto con la temperatura de tu solución de lejía, y ajústala hasta que estén dentro de diez grados uno del otro.

Una vez que ya tengas la traza, tendrás que trabajar rápidamente para agregar los ingredientes más delicados a tu mezcla, como los aceites delicados, aceites esenciales, antioxidantes e ingredientes botánicos como hierbas y pétalos de flores secas.

Aceites esenciales

A diferencia de las fragancias, los aceites esenciales además de aportar aroma, también le aportará las propiedades de cada uno.

Hay cientos de aceites esenciales que puedes añadir, tanto individualmente como mezclados. Para mezclar diferentes aceites esenciales, hay que tener en cuenta su aroma, que de divide en: notas altas, notas medias y notas bajas.

Para que la mezcla huela bien, el porcentaje de notas seria este: 30% notas altas, 50% notas medias, 20% notas bajas y 5-10% tintura de benjuí para fijarlos.

La cantidad de aceites esenciales que hay que añadir es entre el 4-5% del peso total del jabón. Por ejemplo, si vais a hacer una pieza de 500 gramos, seria entre 20 y 25 gramos. Y de esos gramos, tendríamos que calcular los porcentajes anteriores según las notas que tengan.

¿Cuándo añadirlos? Al final del todo, en la traza, antes de enmoldar.

Hay ciertos ingredientes fijadores que ayudan a fijar los aromas de los aceites esenciales, como la tintura de benjuí.

Otros ingredientes para personalizar el jabón

  • Fragancias: Son compuestos químicos que dan olor. La cantidad que hay que añadir es 2,5-4% del peso total de la fórmula.
  • Colorantes: Los colorantes dan color. Puedes utilizar colorantes químicos (en polvo o líquido), o naturales, como la espirulina, cúrcuma, cacao, café molido, hibisco, remolacha, arcillas, micas, y otros.
  • Hierbas secas: Añade textura y color. Puedes utilizar flores secas de lavanda, flores de manzanilla o caléndula, aunque podría agregarse cualquier flor seca.
  • Exfoliantes: Puedes añadir ingredientes que le aporten textura, para exfoliar la piel, por ejemplo. El café seco recién molido, arcillas curativas, piedra pómez, sales, avena, semillas de amapola, o cualquier otro ingrediente.

Todos estos ingredientes hay que añadirlos después de la traza por un par de razones. En primer lugar, el proceso químico de saponificación puede desprender mucho calor, y la adición de ingredientes delicados durante esa fase puede destruir y evaporar sus propiedades beneficiosas y fragantes.

En segundo lugar, si agregas ingredientes enteros (como el azúcar o las flores secas), la batidora los triturará, y no cumplirán su propósito.

Si agregas un aceite después de la traza, quedará sin saponificar, como parte del sobreengrasado. Una manera fácil de sobreengrasar con un aceite concreto, es añadir el porcentaje de sobreengrasado de ese aceite, justo después de la traza. Si eliges una grasa dura, como la manteca de karité, deberás fundirlo primero antes de agregarlo.

Enmoldado y curado

Una vez que ya tienes la mezcla, hay que verterla en el molde y mantenerlo aislarlo o no, depende de ti. Aislarlo lo mantendrá a una temperatura caliente y estable, lo que ayudará a profundizar el color y agregará una leve transparencia a las barras acabadas.

Puedes aislar tu pieza en una caja de madera, o forrar la parte superior con film transparente y envolverlo en una toalla. Si eliges no aislar tu jabón, el color será mucho más claro y opaco, mucho más parecido al que encuentra a la venta en el supermercado.

Si no aíslas tus moldes, existe la posibilidad de que la parte interna se "gelifique" y las partes externas no lo hagan. Verás un círculo más oscuro en el interior de las barras de jabón cortadas. No afectará su utilidad pero puede parecer poco atractivo.

Si usas azúcar en tu receta, es probable que no necesites aislarlo, pues los azúcares aumentarán la temperatura del jabón, incluso después de haber sido vertido en los moldes, y aislarlo más puede hacer que se vuelva volcánico o que se oscurezca de color.

De cualquier manera, debes dejar que permanezca al menos durante veinticuatro horas en el molde. Esto permite que se fije y enfríe a temperatura ambiente, y si intentas sacarlo antes de este tiempo, puedes romperlo.

Una vez que hayan pasado las 24-48 horas, se procederá a cortar o desmoldarlo.

Si has utilizado moldes pequeños del tamaño de una barra, puedes sacarlo y colocarlo en rejillas para que se curen de inmediato.

Los que no hayan utilizado un molde de silicona, puede que tengan problemas para desmoldar los jabones. En ese caso, un truco es meterlo en el congelador durante unos treinta minutos. Debería salir perfectamente después, como un cubito de hielo.

Si utilizas un molde grande, córtalo en barras pequeñas con ayuda de un cuchillo, y comienza el proceso de curado.

El proceso de curado es el tiempo necesario para que el proceso de saponificación termine, disminuya el pH, y el jabón se seque hasta alcanzar su tamaño y dureza definitivos.

Para curarlo, hay que posarlo sobre una rejilla (si es de metal, hay que forrarla) en una zona fresca, bien ventilada, y lejos de la luz solar directa, durante al menos 4 semanas.

Es recomendable ir girándolo para que todos los lados se curen uniformemente. Se puede acelerar el proceso de secado introduciendo el jabón en el horno durante unas horas. La temperatura del horno no debe superar los 60ºC para evitar que se derrita.

Si quieres saber si tu pieza está bien curada, un truco es chuparlo, si te pica la lengua, es que no está completamente curado. Si no pica, se puede usar.

Receta de jabón de aceite de oliva y coco

Esta receta es para un jabón muy básico de aceite de oliva y coco, con un aceite esencial. Las cantidades son para un molde de 500 gramos, pero puedes reescalar la fórmula con la calculadora.

Para las cantidades, he puesto un peso total de 480 gramos, teniendo en cuenta que en la fórmula no permite añadir los aceites esenciales, pero que también pesan (serían aproximadamente 20 gramos), y se saldrían del molde si no los tenemos en cuenta.

Ingredientes para hacer una pieza de 500 gramos:

  • 263 gr de aceite de oliva (puedes utilizar virgen o virgen extra)
  • 66 gr de aceite de coco
  • 44 gr de sosa
  • 107 gr de agua destilada fría (o congelada en cubitos de hielo)
  • 19,2-24 gr de un aceite esencial

Preparación:

  1. El lugar donde vayas a hacer el jabón tiene que estar bien ventilado, sin la presencia de niños o animales. Protégete con unos guantes y unas gafas de seguridad antes de manipular la sosa, y durante todo el proceso. Prepara también la superficie de trabajo por si se producen derrames.
  2. Prepara y pesa todos los ingredientes. La sosa hay que pesarla en un cuenco de vidrio (ya que come el plástico) y el agua en una jarra grande. Los aceites hay que pesarlos en otra jarra grande.
  3. Para hacer la lejía, añade la sosa al agua fría para evitar salpicaduras, y remueve la mezcla hasta que se disuelva por completo (tendrá un aspecto blanquecino). Para poder usarla hay que dejarla reposar hasta que esté totalmente transparente. Para asegurarte de que toda la sosa se ha disuelto, puedes colar la mezcla por un colador.
  4. Comprueba la temperatura de la lejía y de los aceites (tienen que estar a menos de 40ºC) antes de mezclarlo todo. Vierte la lejía en los aceites y remuévelo todo con una cuchara. Con ayuda de una batidora eléctrica, bate la mezcla durante unos minutos hasta que se forme la traza (dependiendo del tamaño del lote, esto podría tomar entre 1 y 10 minutos). La consistencia que buscamos es fina, como de budín.
  5. Es el momento de añadir el aceite esencial, y removerlo con una espátula.
  6. Vierte la mezcla sobre un molde de 500 gramos (o 5 de 100 gramos) y alisa la superficie con ayuda de una espátula. Cubre la superficie con film y un trapo, y deja que repose durante 48 horas.
  7. Pasadas las 48 horas puedes desmoldarlo, y cortarlo en trozos. Este jabón tiene que curar durante un periodo de 4 a 6 semanas, y no se podrá utilizar hasta entonces.

Una vez que vayamos cogiendo práctica con esta receta básica, podemos ir experimentando con otros tipos de grasas, mezclas de aceites esenciales, fragancias, etc.

Diccionario de términos

  • Arcillas: Aunque limitadas a la paleta de rosa-rojo, verde y blanco, las arcillas cosméticas pueden agregar un hermoso color natural a tu jabón. Las arcillas también ayudan a exfoliar y desintoxicar ligeramente la piel.
  • Curado: El tiempo de curado es el tiempo necesario para que el proceso de saponificación termine, disminuya el pH, y el jabón se seque hasta alcanzar su tamaño y dureza definitivos.
  • Enranciamiento: En la calculadora verás el índice de yodo, que expresa la capacidad de enranciamiento de la fórmula. Cuando más valor tiene, más fácil se estropeará. Lo ideal es que ese valor permanezca por debajo de 70.
  • Jabón natural: Cualquier jabón elaborado sin ingredientes químicos, tóxicos o que se fabriquen con sustancias o métodos cuestionables. Esto significa que no tienen colorantes artificiales, perfumes o aditivos.
  • Lejía: Mezcla de sosa cáustica (NaOH) y agua destilada. La mezcla produce una reacción que genera calor. Por eso se suele utilizar el agua fría o congelada.
  • Minerales y micas: Los polvos minerales y de mica están disponibles en una amplia gama de colores que pueden ayudarte a alcanzar la mayoría de los tonos del arco iris. Ten en cuenta que aunque estos materiales cosméticos se consideran naturales, ambos se crean en un laboratorio. Los minerales y las micas se encuentran en la naturaleza, pero a menudo están contaminados con metales pesados inseguros, y no son aptos para su uso.
  • Sobreengrasado: En la calculadora os encontrareis el parámetro Sobreengrasado, generalmente en un porcentaje de 7%. Esto es la cantidad de aceite que se queda sin saponificar. Por ejemplo, si ponemos un 7%, de todos los aceites de la fórmula, un 7% va a quedar sin saponificar. ¿Por qué? Para asegurarnos de que no hay un exceso de sosa en el jabón, y para que sea más nutritivo o suavizante.
  • Traza: Es el momento en el que parte del jabón ya está saponificado, y la mezcla adquiere una textura más espesa. Es el momento ideal para añadir los aceites esenciales, colorantes, aceites delicados, etc. Hay ciertas fragancias o aceites esenciales que pueden acelerar la traza, volviendo el jabón muy duro, imposibilitando el trabajo con él.

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